Partimos desde tu alojamiento en la ciudad de Ushuaia hacia el Puerto Almanza. Una vez a bordo, junto a un guía bilingüe certificado, encaramos “La Ruta de la Centolla” en un recorrido de 70km.

“La Ruta de la Centolla” es un camino que recorre la comunidad pesquera de Almanza, aldea pintoresca y población más austral del país, que integra los productores locales y artesanales que, no sólo se especializan en la centolla, sino también en la diversa gastronomía marina como frutos de mar y distintas opciones de pescados, todo obtenido en uno de los ambientes marinos de más alta calidad de conservación mundial.

Tomaremos la RNº3 en dirección norte, única vía de acceso de la ciudad, por una ruta escénica que recorre el bosque andino patagónico rodeados de los Andes y atravesando enormes turbales en formación, ecosistema único y de valor internacional donde realizaremos una parada interpretativa. Además, otra parada paisajística es en el mirador de interpretación glaciar del Valle Carbajal. Continuamos atravesando los centros invernales, donde durante los meses de frío se practican todo tipo de actividades de nieve, hasta que llegamos a la intersección con la Ruta “J”. Allí retomamos nuevamente dirección sur hasta las costas del mar acompañados del Río Lasifashaj que nos permite apreciar dramáticas castoreras producidas por aquel visitante de Canadá.

Una vez en Puerto Almanza embarcaremos en un moderno semirrígido para surcar las aguas del canal Beagle. Este tipo de barco más pequeño nos permite un mayor acercamiento a las islas, asegurándonos una experiencia exclusiva y armónica con la naturaleza. Camino a Isla Martillo, por los canales protegidos y tranquilos del canal, disfrutamos de paisajes únicos, la observación de colonias de leones marinos y muchas de sus aves como albatros, petreles, cormoranes, escúas y muchas más.

Finalmente llegaremos a la isla Martillo, hogar natural de los simpáticos pingüinos. Allí podremos aproximarnos con nuestro semirrígido para apreciar las dos especies preponderantes en la isla: los pingüinos de Magallanes y Papúas.

Al regresar recorreremos el poblado de unas 15 familias pesqueras. Casi todas dependen de la pesca artesanal, contando con embarcaciones pequeñas. Pescan centolla, cultivan y recolectan frutos de mar o practican siembra de trucha. En ese lugar se ve la riqueza de la forma de vida en el fin del mundo y el detalle del trabajo en éste tesoro gastronómico.

De regreso en la aldea, una de las familias nos recibirá en su casa para disfrutar de un delicioso plato de comida marina local en un entorno de singular belleza.

Luego de disfrutar de esta exquisitez, realizaremos una caminata hacia la Cascada de los Duendes que nos permitirán explorar este lugar tan remoto del planeta. Escondida en el bosque, una roca se ha tallado a través del tiempo por la fuerza del agua de deshielo que baja de las cumbres.

Finalmente emprendemos el regreso a la ciudad de Ushuaia realizando una última parada en el mirador del Paso Garibaldi, paso montañoso más alto de los Andes fueguinos. Es el punto panorámico desde donde podemos apreciar el Lago Escondido.